“Las arañas viuda negra son arácnidos conocidos por la apariencia única de las hembras y su tendencia a comerse a sus parejas”: malvadas, vengativas pero extrañamente elegantes.

En primer lugar, Mayella Lloclla (Mercedes) es inicialmente inocente, incluso crédula, pero rápidamente tiene que enfrentarse a la terrible verdad sobre su empleadora. Lloclla lleva la transición excepcionalmente bien y uno siente mucho por ella. Está atrapada, encarcelada e incapaz de controlar su destino y mucho menos el de su hijo por nacer. Su gama de emociones le permite desarrollar con éxito una fuerza interior a medida que avanza la película.

Vanessa Saba (Silvia) es la villana perfecta: arco, intrigante e implacable. Ella merodea por la película siempre con su objetivo firmemente en la mira. Saba minimiza maravillosamente a Silvia pero aun así logra dominar cada escena. ¿Qué más se puede pedir? ¡Ella es la personificación del mal, está hermosamente vestida y nunca tiene un cabello fuera de lugar!

Agregue a estas excelentes actuaciones, la dirección inteligente de Daniel Rodríguez Risco, una iluminación cambiante y una partitura evocadora.

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